El número dos y más de la guerra



Dondequiera que esté el cuartel general de Anonymous, si es que alguien manda en la masa, todo avanza rápido. Esta noche, parece ser que tras varias horas de ataque, han llegado a colapsar el sitio del senador Lieberman, adalid de la desconexión de los servidores de WikiLeaks en Amazon y de los DNS en EveryDNS. Este prócer de la democracia acaba de declarar que el New York Times debe ser investigado.

Por cierto, el juez ha dado la razón a Ovh, la empresa que gestiona el hosting de WikiLeaks en Francia, a la que el Gobierno francés exigía la rescisión del contrato. Los jueces, siempre tan descarados. El enano saltarín del Elíseo debe de estar que trina.

Hay que ser idiota para no ver quién está detrás de esta petición, de la extradición de Assange a Suecia, del asunto de Visa y Mastercard, de Paypal, Amazon, PostFinance... Negar la evidencia ya denota problemas mentales. Empezando por la fiscal sueca encargada de la causa (los abogados Borgström and Bodström al menos cobran la minuta); y acabando por Joseba Elola, periodista de El País que hizo la última entrevista a Assange, (ayer dio en CNN+ credibilidad a los cargos del peso del cuerpo y los condones), o tienen intereses espurios, o están gagá. O tienen intereses espurios (viva el loop).

Mientras tanto, la cabeza visible de WikiLeaks pasa a ser Kristinn Hrafnsson, islandés, periodista de investigación con fama de duro, dedicado a la investigación de grandes bancos, entre ellos los que han acabado con la economía de su país. Perfecto para la filtración que se avecina, esa que adelantan que tumbará, esta vez sin necesidad de DDoS, dos grandes entidades americanas.



Ahora mismo, con la web de Operation: Payback online, el objetivo es el bufete Borgström and Bodström, que se encarga de la causa de dos mujeres contra Julian Assange por relaciones sexuales "consentidas, pero sin protección." (E Interpol emitió una orden de busca y captura y vio que era buena. Amén.)

Se me acaba de enfriar el último té.

Viva el mal. Viva el contrato social. Viva el caos virtual.

Ahí va un vídeo ad hoc:

¿Eins?

Sobre las animadoras

¿Quién no quiere salvar a una animadora?
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