TIME

La revista Time acaba de elegir al hombre del año:

Mark Zuckerberg (el décimo en las votaciones, con 18000 votos), el niño que creó Facebook en un colegio mayor, es más influyente que Julian Assange (el primero, con 380000 votos, más de 21 veces los del supuesto ganador), que sólo ha abierto los ojos de medio mundo. Se veía venir. Parece que los cargos absurdos que mantienen a Assange entre rejas cuentan para Time. Para nosotros también cuentan, por cierto, pero de otra forma.

Citamos ahora directamente el artículo en el que Richard Stengel explica las razones para nombrar a Zuckerberg hombre del año. No sabemos por qué, siente una extraña necesidad freudiana de nombrar a Julian Assange:

In a sense, Zuckerberg and Assange are two sides of the same coin. Both express a desire for openness and transparency. While Assange attacks big institutions and governments through involuntary transparency with the goal of disempowering them, Zuckerberg enables individuals to voluntarily share information with the idea of empowering them. Assange sees the world as filled with real and imagined enemies; Zuckerberg sees the world as filled with potential friends. Both have a certain disdain for privacy: in Assange's case because he feels it allows malevolence to flourish; in Zuckerberg's case because he sees it as a cultural anachronism, an impediment to a more efficient and open connection between people.

Se da la circunstancia de que cierto bloguero, amigo vuestro, es traductor. ¿Qué hacen los traductores?

En cierto sentido, Zuckerberg y Assange son dos caras de una moneda. Los dos desean un mundo más abierto y transparente. Sin embargo, mientras Assange ataca grandes instituciones y gobiernos obligándoles a ser transparentes para reducir su poder, Zuckerberg permite a la gente compartir voluntariamente información para ampliar sus horizontes. Assange ve el mundo lleno de enemigos reales e imaginarios. Zuckerberg lo ve lleno de amigos en potencia. Los dos desprecian la esfera privada a su manera. En el caso de Assange, es el caldo de cultivo de la maldad. Para Zuckerberg, un anacronismo cultural que impide conexiones más abiertas y eficientes entre los seres humanos.

Ante esta maravilla de camino de baldosas amarillas sobre un nerd que dio el pelotazo después de hackear las bases de datos de los colegios mayores de Harvard para crear una página donde uno podía votar qué chica estaba más buena, en este blog estaríamos riéndonos varios meses si tuviera alguna gracia.

Julian Assange está encarcelado por publicar lo que la gente necesita saber. Está encarcelado por hacernos más libres, al conocer la verdad. Zuckerberg disfruta de su fortuna, e incluso la dona para desgravar impuestos. "Siempre positivo, nunca negativo", decía Van Gaal con voz de agente del KGB. Si el Gobierno de los Estados Unidos no marca la línea editorial de Time, que alguien nos lo explique.

¿Será Time el próximo objetivo? Pegamos uno de los últimos tweets de AnonymousIRC, enésimo Twitter de Anonymous:

 

No os preocupéis. Es evidente desde hace tiempo que todos los medios de comunicación de masas son un fraude. La prueba es la cantidad de veces que hemos cambiado de servidor, de web, de Twitter, las páginas de Facebook desaparecidas, que Assange continúa preso mientras estos mentecátodos eligen a un nerd menos molesto como hombre del año.

No hay que ser malo (don't be evil). Time ha sido mala. ¿Qué les pasa a las niñas malas? Pues que el lobo se las jala.

El enemigo muestra sus garras. Ahora más que nunca, viva la guerra. 

PS: Feisbuquéanos, que ya estamos en Facebook. Somos tan posmodernos.

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