La actualidad manda. Los que nos conocen saben que quisiéramos estar traduciendo y comentando alguno de los despachos de WikiLeaks. Sin embargo, el pobre Álex De la Iglesia ha prometido dimitir tras la gala de los Goya (consultad el calendario de festejos arriba en la columna de la derecha). Dice no sentirse cómodo con lo sucedido en el Senado. Ha habido un encendido debate en la redacción de Salvando animadoras sobre si ignorar esta dimisión anunciada (reconocemos que nos importa poco) o aprovechar para dar algún que otro dato sobre los hechos de este personaje.
Las hazañas cinematográficas del todavía presidente de la Academia no son pertinentes. Solo queremos decir que vimos El día de la Bestia en el cine y Acción mutante en vídeo. De lo demás, mejor no hablar. Como dijo Tom Hagen a Jack Woltz en la primera parte de El padrino: "Por cierto, me gustan mucho sus películas." Lo cortés no quita lo galante, y lo siguiente que vemos es la cabeza del caballo preferido del productor separada del cuerpo y en medio de su cama.
Quizá, en esta historia, De la Iglesia sea Tom Hagen. O Woltz. Seguro que quiere ser el caballo, y ofrece su cabeza, cercenada por los internautas, a González-Sinde en una bandeja de plata. ¿Inocente? Nadie lo es. Vamos a por un muestrario.
De la Iglesia en el barro
1. A finales de mayo de 2009, el santo Álex, nuestro sacrificado caballo, declaró en un coloquio de los premios INVI de TVE, de los que él mismo era jurado: "Internet es el asesino del cine y va a morir. No creo que dure más de 10 años." Pues eso:
Quedan ocho años, por cierto.
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Internet es eso y mucho más |
3. El día 21 de diciembre de 2010, cuando se votó la Ley Sinde en el Congreso, Álex De la Iglesia hizo varias declaraciones en las que lamentaba lo ocurrido. Entre otras cosas, nos dijo que el fracaso de la Disposición Final Segunda solo beneficiaba a las compañías telefónicas, y que, como usuario, no se habría visto perjudicado. Unas horas antes, nuestro querido director participó en La ventana de la Cadena Ser, donde comparó a las páginas de enlaces con un Robin Hood que roba el dinero a los ricos para dárselo a las compañías telefónicas. Otra de sus perlas: "Si a una película se la follan la primera semana en Internet, no levanta cabeza."
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Una niña y los internautas. |
5. Hace poco más de un mes, poco antes de reunirse con los llamados internautas, nos volvió a llamar ladrones, en este caso, ladrones oportunistas que, viendo la puerta de la tienda abierta, entran y se llevan los pasteles. Lo hizo en El barco de los piratas, artículo de opinión en ABC, donde el director y presidente, o quizá solo director en funciones y presidente vitalicio, volvió a arremeter contra España, "segundo país con más piratería del mundo". Por cierto, estamos en el puesto 79, como podéis ver en este enlace.
6. Sobre la conspiración para maquillar la Ley Sinde, iniciada por De la Iglesia con un email al abogado David Bravo y, ya que este tenía cierta ética profesional, continuada por David Maeztu, ya escribimos unas líneas en la entrada Una oferta que no podrá rechazar. Es verdad que disfrutamos mucho con una historia que, por otra parte, convierte al insigne director en más que probable cercenador de cabezas equinas. No hay que engañarse. Aquí lo que está en juego, aparte de la cuenta de resultados, es la batalla de la opinión pública. El consenso, la democracia y la libertad suenan muy bien, pero, sobre todo, son el marco perfecto para la foto de niño enrabietado que veremos a continuación.
7. La dimisión de nuestro protagonista la provoca su incomodidad a raíz de la aprobación de la Ley Sinde en el Senado. Nos dice que quería alcanzar el consenso, que había que comenzar desde el principio, que no nos merecemos una ley impuesta que, vaya, beneficia a la parte que él representa. Una ley que, hasta hace dos semanas, andaba suplicando por todos los medios a su alcance, en público y en privado, sin la que Internet iba a matar al cine, o a acostarse con él, no lo tenemos claro. Y todo esto con su última obra en cartelera. Qué ocurrente, doctor.
Si algo tiene Internet es que nunca perdona porque nunca olvida. En la Red está todo lo que has dicho y hecho, que te persigue de por vida. Aquí todos somos transparentes. Pagamos un precio por la relevancia que, en el caso de los personajes cuya obra se ofrece al público, es un precio justo.
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¿Un poco de pan ácimo? |
Bien es cierto que, por el camino, nuestro amigo parece haber cambiado de postura hasta el punto de dejar el cargo que ocupa. Comprendemos que se quiera bajar del barco. No es una posición fácil de vender, y menos con una película en los cines. Si hacemos una encuesta, las entidades e individuos que se envuelven en la causa de los derechos de autor han pasado a ocupar el interesante lugar reservado a los judíos a lo largo de la Historia, con la diferencia de que se lo han ganado a pulso creyéndose agentes del Mosad.
¿Quién es Álex De la Iglesia?
Puede ser el pobre caballo que se sacrifica por todos nosotros para que el malvado productor de cine entre en razón.
O el abogado de la mafia, que manda ejecutar sin piedad al caballito, que sería el pobre internauta, para sus oscuros fines.
O el pobre productor que llora como un bebé la pérdida de su pobre montura (Plusvalía sería un buen nombre) a manos del malvado abogado de las páginas de enlaces (no sabemos si David Bravo querría el papel).
Otra opción es que el bueno de Álex sea la mismísima Boxxy. Siniestro.
Para nosotros, esta dimisión, o su anuncio (nadie ha dimitido aún), es un lavado de cara tan avieso que deja en pañales a la SGAE. El otro día, leyendo comentarios sobre la noticia, vimos que muchos prometían ir a ver la nueva película de Álex De la Iglesia. Pues eso. Pan y circo.
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