Ángeles González-Sinde y yo. 1Q84 El triunfo de la voluntad

Por fin Ángeles González-Sinde tiene a su criatura en el Senado. Ha nacido una estrella. Los senadores del PSOE, del PP y de CiU han llegado a un acuerdo para instaurar una nueva era digital en nuestro país, en la que el Gobierno, a través de una comisión dependiente del Ministerio de Cultura, tendrá capacidad para cerrar webs por un procedimiento rápido.

Intervención judicial

Dame tu IP.

Lo que diarios de fantasía como El País llaman mayores garantías judiciales (mirad esto) es la autorización de un juez para requerir datos de los administradores y usuarios de estas páginas. Esos datos quedan, amigos míos, y abren la puerta a más de una y más de dos vueltas de tuerca. Con los datos de los usuarios en la mano, las garantías judiciales, simplemente, desaparecen. Esta mañana alguien escribía en Facebook que la Ley Sinde es muy útil para eliminar contenidos incómodos para el poder, para los que han llegado a un acuerdo, los partidos de Estado que miran por el futuro de la propiedad intelectual, por la creación, por todo lo que hay de bueno en cada uno de nosotros. Bien, ahora también miran nuestros datos, nuestros nombres, nuestros apellidos, teléfonos, direcciones. No hay que ser muy inteligente para ver el siguiente paso.

Comisión de Propiedad Intelectual.

Hoy se vota la Ley Sinde. Triunfa una estupidez que, como hemos escrito en muchas ocasiones, nace muerta. No es cierto que evite el intercambio de archivos, ni siquiera las webs de enlaces. Solo provocará que el tráfico vaya de unas webs de enlaces a otras. Cerrarán una, se crearán cien. Este volumen de trabajo supondrá que una ubicua Comisión de Propiedad Intelectual tenga que contar con un presupuesto casi infinito para tapar todos los agujeros creados por el mismo sistema.

¿Estás preparado para esta terrible ley?

En lo que respecta a los derechos de autor, esta ley es un zombie. Para la censura, una mina de oro. Una maravilla que ya quisieran en China o en Irán, incluso en Italia. Criticar al Gobierno, a un partido político, a una empresa, puede suponer enfrentarte al cierre de tu web por violar la propiedad intelectual, por ejemplo, de una de tus fuentes.

Este blog está lleno de enlaces, algunos tan interesantes que no hemos podido evitar ofrecerlos, otros como fuente, pero siempre con sentido crítico. Especialmente con los medios de comunicación más tradicionales, nunca hemos dejado títere con cabeza, de despellejar las noticias. Esta ley hace posible que cualquiera de esos enlaces, cuyo contenido está protegido por copyright, terminen en el cierre de este blog. No queremos decir nada de las fotos, o de enlaces a Megaupload o Megavideo que hemos usado como ejemplo, los enlaces a páginas de enlaces...

Mapa de Internet (de nuestra mente, o del mundo) de xkcd.

Esa es la base de Internet. Producimos contenidos en base a otros contenidos. Traducimos artículos de la prensa (actividad que nos encanta), citamos entrevistas, que a veces tenemos que traducir, hacemos resúmenes, análisis críticos, ofrecemos fotos de documentos, capturas de pantalla, y también links a programas informáticos. (Por cierto, ahí va lo último de Álex Gil: se rumorea que su aplicación de DDoS puede destruir todo el universo.) No nos importa que nos cierren. En seguida, empezaremos en otro sitio, en otra URL. Aquí cabemos todos. En cuanto a lo que está escrito, no importa tanto. Es más interesante lo que está por escribir.

Sede de la Comisión de Propiedad Intelectual.

Saludamos la Ley Sinde. Es el comienzo de la censura (mira quién habla de censura) en la Red, el fin de la libertad de expresión, pero es tan inútil como querer atrapar el agua con las manos. No obstante, no por inútil deja de ser intolerable. Hoy es el último día de la campaña de información al Senado. Recordadles a los senadores, que se votan, por cierto, uno por uno, que no votaremos a nadie que apruebe tamaño monumento a la imbecilidad. Dentro de muy poco, el objetivo será, de nuevo, el Congreso de los Diputados.

Leni Riefenstahl.

Viva el Senado.

Viva el cochinillo asado y
la economía de mercado.

Viva el derecho reservado.

¿Eins?

Sobre las animadoras

¿Quién no quiere salvar a una animadora?