Ángeles González-Sinde y yo. XXX. SGAE



Me llaman Teddy, y creo sin parar.
Hoy vamos a enseñar músculo, vamos a por el brazo armado, a la casquería, a los secretos que Vin Diesel le cuenta en la nueva entrega de XXX a su padre Arnold y a su tío Bin Laden. Hoy es un día para los efectos especiales, para la aventura, para limpiar el AK-47.

En Salvando animadoras, hoy es el día de la SGAE, uno de los protagonistas de toda esta historia, pieza clave de la Ley Sinde, arma legendaria en la lucha por los derechos de autor. Sabemos que hemos hablado de esta institución tan respetada en ocasiones infinitas (seguiremos hablando de ella hasta que nos llegue la triste noticia de su desaparición). Sin embargo, anteayer, mientras escribíamos sobre los nominados, leímos varias noticias que nos hicieron reservarles una entrada para hoy.

Cruce de querellas

En primer lugar, presentamos la querella de la Asociación de Usuarios de Internet y la Asociación de Internautas por fraude y apropiación indebida, con la consiguiente respuesta por parte de Teddy Bautista, el oso amoroso, en forma de querella por calumnias contra los denunciantes. Las dos noticias podéis leerlas en todo el espectro desinformativo, desde el buenismo de El País (querella uno y dos) hasta el clan del oso cavernario de Libertad Digital (primera y segunda).

Teddy B.
Según la querella de ida, que provoca la segunda, la SGAE no habría repartido el porcentaje preceptivo del llamado canon digital entre sus autores, ni lo habría devuelto a Hacienda, como exige la Ley de Propiedad Intelectual. En total se habría apropiado de unos cincuenta millones de euros que no le corresponden en concepto de canon.

Teddy Boys.
La querella de vuelta, o el anuncio de querella por calumnias, incluye un comunicado de la entidad de gestión, en el que exige a las autoridades que archiven la causa lo antes posible por procedimiento rápido, y su testimonio al juzgado de guardia por un presunto delito de denuncia falsa.

Lo primero que nos sulibeya es que nuestros amigos de la tristemente famosa entidad creen necesario que la justicia actúe con la mayor celeridad posible cuando se trata de sus asuntos, mientras que el resto de los mortales esperan tres años de media para un proceso judicial. Como en el caso de la Ley Sinde, en el que resulta incómodo y gravoso que nada menos que un juez participe en un proceso, en esta ocasión, el presidente Teddy exige que se limpie su nombre, claro, con la velocidad del relámpago. Zas. Mientras, todos pagamos un impuesto revolucionario por nuestros dispositivos. Es más, lo recaudamos (también deberían devolver el importe de los gastos de gestión de ese impuesto por parte del Estado).

Teddy Bautista.
En segundo lugar, dados los medios económicos de esta entidad (a las cuentas presentadas por la plataforma que acabamos de insertar nos remitimos), se permiten presentar una querella por calumnias nada más ser denunciados. Cuando a un ciudadano le ponen ua denuncia falsa, bastante tiene con su defensa. En este caso, una entidad acusada de apropiación indebida de un dinero usa ese dinero no solo para defenderse, sino para querellarse contra los denunciantes. El mensaje es que, si alguien se atreve a levantar la voz en contra de la SGAE, esta le enterrará en papeleo durante mucho tiempo.

Extorsión

De parte de Teddy.
Del cielo al suelo. Continuamos con los métodos coercitivos. En este enlace podéis disfrutar de una de mafiosos al más puro estilo de la segunda parte de El Padrino. Por si no habéis pinchado, resumimos. Mientras preparan un concierto en un bar, un enano vigoréxico que afirma actuar en nombre de la SGAE desea inspeccionarlo. Cuenta los altavoces, ve una televisión, dice que ha oído que hacen conciertos en el bar y, como la práctica totalidad de los artistas españoles (sic.) pertenece a la entidad, eso hay que pagarlo. Les hace un presupuesto y les pide firmar un contrato por cien euros al mes. Después de explicarle al hombrecillo que los grupos que actúan en el bar no pertenecen a la SGAE, que la tele es un monitor, y que la música que se escucha tiene licencia copyleft, hace una contraoferta y amenaza con venir de nuevo a ver si todo es cierto. El individuo, que vendía pólizas como segunda ocupación, se va sin su botín.

Lo que podemos sacar en claro de este pequeño extorsionador es que debe de haber cientos de minicorreos de la SGAE haciendo visitas a los miles de bares de nuestra geografía y que, si bien algunos plantarán cara y se negarán a aceptar la oferta, muchos firmarán el contrato para no tener problemas. Seguro que ni tienen sueldo, y cobran una comisión por cada contrato, como con las pólizas de seguro. Dan, es cierto, un poco de pena.

No obstante, la empresa (eso de asociación sin ánimo de lucro se lo creen ellos) que los contrata no da ninguna pena. Si unimos estos ingresos por música que no les pertenece a los del canon que no les corresponde, a esta entidad le da para pagar muchos bufetes de abogados que busquen resquicios legales en los que esconderse.

¿Lavado de cara?
El lavado de imagen de la SGAE consiste entonces en denunciar a todo el que se mueva. E impulsar, urdiendo conspiraciones con empresas, instituciones y grupos de presión extranjeros, leyes que les eviten la vergüenza de perder una causa tras otra en los tribunales. ¿No tendría que haber interpuesto una querella criminal por denuncia falsa y calumnias, máxime cuando ganó el juicio contra la SGAE, el estudiante que recibió la visita de aquel siniestro grupo que exigía registrar su domicilio sin una orden, aparte de todos sus ordenadores y discos duros?





Lo último de la SGAE

El día 21 de enero conocimos el sueldo de Teddy B. En un desinteresado ejercicio de transparencia, como nos cuenta El Mundo, nos dejó claro que cobra 250000 euros al año en catorce pagas. Solo unas veinte veces más que un mileurista, y cuarenta veces el salario mínimo. La defensa de la cultura no se anda con miserias.

31 de enero. Palabras de Caco Senante (autor de lindezas como Y después, que le pongan salsa o En la puta calle) para La Provincia: "la Asociación de Internautas cabe toda ella en un taxi." Habría que ver si todo él cabe en un taxi. Recuerda, Caco (o como quiera que te llames), que somos legión. Mientras tanto, ¿cómo se llama esa salsa canaria?



Qué energía. El día 3 de febrero tuvimos que leer en esta aclaración de Antonio Rojas, jefe de prensa de la SGAE, en la que nos explicaba como si fuéramos deficientes, o miembros de su consejo de administración, la diferencia entre el canon digital y la Ley Sinde, la siguiente frase: "En ambos casos, España sigue los parámetros marcados por la Unión Europea." Otros parámetros europeos son la prohibición por ley de incurrir en déficit, la jubilación a los sesenta y siete años con unos cien cotizados, y el despido libre.

Conexiones internacionales
Primos de Ted.
Anteayer pudimos leer en torrentfreak.com (tenéis la historia en inglés aquí) que un programa de televisión holandés había hecho un par de pruebas a SABAM, el equivalente belga a la SGAE. En primer lugar, organizaron una fiesta en un área de 0.99 metros cuadrados, y SABAM quiso cobrarles 82 euros (la tarifa mínima, de 1 a 100 metros cuadrados), argumentando que se sobreentiende de 0 a 100 metros cuadrados. También llamó por teléfono preguntando por las tarifas para organizar conciertos de grupos que ni siquiera existían (entre otros, un secador Kimberly Clark y un kit de comida china para wok llamado Suzy Wan), y SABAM respondió que, por supuesto, pertenecían a la asociación y que eran 127 euros por actuación y por grupo. Alucina.

Virus de la gestión de derechos común.
Este tipo de sociedades de gestión sin ánimo de lucro (sic.) que emplean tácticas mafiosas para obtener beneficios no son compatibles con la vida. Desde Salvando animadoras queremos darles un consejo gratis total, como dicen ellos. Deben desaparecer.

No vamos a pagarles la protección, ni vamos a comprar ninguna obra cuyos derechos de autor gestionen. Por lo tanto, más pronto que tarde, dejarán de existir. Así, como les pasa a los etarras que aún se ocultan en Francia con máscara marca Ku Klux y txapela Kangol, es mejor, para ellos y para nosotros, que se busquen cuanto antes un trabajo de verdad.

Viva la enajenación, la extorsión y la sumisión. Vivan las entidades de gestión.
¿Eins?

Sobre las animadoras

¿Quién no quiere salvar a una animadora?
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