Los medios como motivo del 15M



Hay mucho que decir en muy poco tiempo. A pesar de maniobras de distracción como la renuncia de Zapatero a perder él mismo las elecciones, el descanso oceánico de Bin Laden, Eurovisión o la campaña de las municipales, durante los próximos nueve días se presentan dos oportunidades de, al menos, sacar los colores a este maravilloso sistema que nos da tanto por tan poco. Hoy vamos a centrarnos en una de ellas.


Un fantasma recorre Europa. El desarrollo de los ubicuos planes de ajuste a lo largo y ancho del continente ha contado con una respuesta muy desigual en los diferentes Estados. Mientras que en Reino Unido y en Francia, ambas con gobiernos ultraconservadores, las movilizaciones han sido demoledoras, y en Grecia ya van por la décima huelga general en un año, España vuelve a jugar un papel vergonzoso.

La situación es la siguiente. Las medidas del gobierno socialdemócrata (sic.) para sacarnos de la precariedad son el verdadero objetivo de la crisis económica. No paran de repetir que la situación ya no es la misma, que, cuanto antes abramos los ojos para acostumbrarnos a la nueva realidad, antes aprovecharemos las oportunidades que el cambio de modelo trae consigo. El mundo cambia y debemos cambiar con él. Esa es la didáctica de la crisis.

Quieren, deben presentarnos el infierno que nos tienen reservado, primero negándolo, luego como un sacrificio temporal y necesario y, finalmente, como un cambio de modelo lleno de oportunidades para el que sepa asimilarlo. A veces, todas estas circunstancias se dan al mismo tiempo. Veamos estas tres noticias de El País, diario que participa en el cuentagotas del cablegate y, a la vez, sirve de útil propaganda, más que al Gobierno de turno, al mismo sistema, como veremos a continuación.

El presente. Zapatero: "Miente como un bellaco quien diga que han retrocedido las políticas sociales"

Hace un año. Pajín: "Las medidas duras y difíciles contra la crisis son temporales"

Hace dos meses. Zapatero admite que serán necesarios más ajustes por el Pacto del Euro

Prócer de la democracia.
Las fechas son interesantes. Decíamos que estas tres circunstancias pueden coincidir en el tiempo, pero es que, incluso, son intercambiables. Hace un año Pajín habla de medidas duras pero temporales que hoy niega Zapatero, que admite hace dos meses que habrá que tomar más. Parece un trabalenguas, pero es real.

El FMI.
Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional, con aires de haber descubierto la pólvora, nos avisa de que las medidas de control del déficit son un lastre para el crecimiento económico, y nos incluye en el grupo de los países ya rescatados. Hagamos lo que hagamos, nos estamos equivocando, y pronto nos tendrán que ayudar a salir del callejón sin salida en el que nos hemos metido, a no ser que dejemos de obcecarnos en mantener sistemas insostenibles como la sanidad pública (copago es la palabra), la prestación por desempleo o la jubilación.

Ese es el significado de la crisis, y la didáctica de los medios de comunicación al servicio del sistema. No hemos tenido que entrar en la caverna, ni hemos citado diarios de tendencias neocon o ultraliberales. El País, símbolo del periodismo independiente, parte del selecto club de Julian Assange, que se atreve a enfrentarse al Departamento de Estado norteamericano, ya nos da la píldora con un poco de azúcar.

Pero en esta entrada queremos demostrar que la manifestación de mañana, 15 de mayo, a las 18h00 (consultad vuestra convocatoria en este enlace), es necesaria. Veamos la siguiente noticia, en la versión digital del mismo diario:


El Foro de la Familia convoca de nuevo contra el matrimonio gay.

No, no nos hemos vuelto locos. El titular anterior nos demuestra que la mera convocatoria de una manifestación en Madrid, en este caso, contra los derechos de los homosexuales, es noticia. Todos conocemos la poca connivencia de la línea editorial de El País con este tipo de organizaciones y convocatorias, y su posición favorable con respecto a los derechos de este colectivo. A pesar de todo, el periódico da voz y publicidad al anuncio, ya que es relevante, que no sorprendente. Retorciendo la vieja máxima del periodismo, el perro muerde por enésima vez al hombre.

Nos hemos permitido utilizar el buscador de este diario con los sencillos términos "manifestación" y "15M". El resultado, que no nos ha sorprendido, no es por eso menos sorprendente:

El 15M no es noticia.

Podéis consultar nuestra búsqueda y probar las vuestras en este enlace.

Ahora vamos a comparar las dos convocatorias. La manifestación del Foro de la Familia, una entre miles, es un hecho un tanto folclórico, casi simpático, de un grupo de fundamentalistas que salen a la calle para proteger a las familias, a los niños, de unos pederastas que ahora se quieren casar y comenzar a adoptar a nuestras indefensas criaturas. Es tan ridículo que resulta irrelevante y, por lo tanto, inocuo y apto para consumo humano. También es la demostración de que la caverna existe, de que viene el lobo, y de que la solución pasa por votar al PSOE, que por supuesto no es el poli bueno del sistema, ni la cara amable del PP.

Una animadora.
Sin embargo, la manifestación de mañana, 15 de mayo de 2011, no está convocada por los restos de la ultraderecha religiosa. La convoca una plataforma de ciudadanos que, hartos de la tutela de los partidos políticos y de los sindicatos, auténticas marionetas del poder económico que lo único que desea es una masa de esclavos dispuesta a pagar por un trabajo, saldrán a la calle a pedir, si no justicia (lo que sería sangriento, aunque higiénico), cierto sentido común.

No está respaldada por ninguna organización política, ni sindical, ni religiosa y, por lo tanto, no aparece en los medios. Hoy hemos visto cómo el Telediario cubría varias manifestaciones convocadas por los sindicatos mayoritarios. Ni rastro del 15M. Silencio total. La manifestación que mañana por la tarde recorrerá las calles de muchas de nuestras ciudades es peligrosa porque no está en los medios, y no está en los medios porque es peligrosa.

Para Michel Foucault, el poder no solo reprime, sino que produce la verdad, y el verdadero poder impide que se nos ocurra hacer otra cosa que lo que le interesa que se nos ocurra. Es el control mental, cuya forma más básica es la desaparición de noticias de los medios de comunicación. La democracia del terror, como siempre, asume entre bastidores los métodos de Stalin.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

La manifestación del 15M, cuyo éxito o fracaso medirá nuestra indignación de cara al poder político y a la opinión pública, es importante por muchas razones, pero nosotros nos quedamos con su invisibilidad. Lo que no se ve, lo que los medios no nos muestran, suele ser lo que hay que hacer. Por eso y por todo lo demás (no queremos añadir ni una coma al manifiesto), mañana hay que salir a la calle a demostrar que se nos han acabado las tragaderas, que la democracia no consiste en elegir cada cuatro años una papeleta con los nombres de las marionetas de nuestros dueños.
¿Eins?

Sobre las animadoras

¿Quién no quiere salvar a una animadora?
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